En estos momentos es prioridad absoluta la defensa del poder adquisitivo de los salarios. Ante la escalada inflacionaria, las paritarias deben ser el canal por el cual los ingresos de los trabajadores deben protegerse del brutal incremento de todos los productos de primera necesidad que conforman la canasta básica de las familias trabajadoras. Para ello hay que fortalecer la militancia sindical, para que la defensa de nuestros derechos tenga el respaldo de las bases.
La avanzada de los sectores concentrados de la economía nacional pretende avasallar las conquistas de la clase obrera, producto de décadas de lucha popular. Frente a eso es necesario fortificar un modelo sindical basado en la libertad y la democracia, banderas históricas de nuestra Central, que construya una potente herramienta de transformación y que permita ampliar su incidencia en todos los sectores de la actividad privada.
Ante la amplificación de un mensaje orientado al más crudo individualismo, que pretende seducir a sectores que a la larga serán sus víctimas, la defensa de un proyecto colectivo construido en la más amplia unidad de los sectores populares se torna el antídoto más poderoso. Debemos enfrentar un mensaje que diariamente pretende transformar a los viejos axiomas de la derecha reaccionaria en la solución a los problemas de la patria, ya que han sido precisamente estos discursos los responsables de esta crisis que castiga a la clase obrera con mayor desigualdad, llevando a la pobreza extrema a miles de compatriotas.
Por Mariano Dellagustina, dirigente del Sindicato de Empleados, Capataces y Encargados de la Industria del Cuero (SECEIC) y Secretario Gremial electo de la CTA Autónoma provincia de Santa Fe.